Hacia el occidente de la ciudad
de Pasto, entre las vías que dan paso a las poblaciones situadas en las faldas
del Volcán Galeras, existe una vía que da por destino a una comunidad ubicada
en el balcón de Pasto, una población que en 2002 convirtió su vereda en un
nuevo corregimiento, es la tierra de flores y despensa agrícola de la ciudad de
Pasto, se trata del corregimiento de Gualmatán.
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Vereda Huertecillas - Gualmatán
Foto: Carlos Flórez
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Ubicado a 7 km del casco
urbano, su vía principal inicia en el barrio Niza, conduce por el Corregimiento
de Jongovito para llegar al cruce de caminos en Cruz Loma y bajo el anuncio del
Letrero con su nombre se da inicio al recorrido hasta su población central, así
mismo usando transporte público, bus urbano ruta C4 con destino a Gualmatán.
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Gualmatán Centro
Foto: Carlos Flórez
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Como muchas poblaciones, su
espacio central está marcado por la construcción de una capilla que identifica
al santo patrono de la comunidad, San Miguel Arcángel, vigilante y protector
que se anuncia desde el alto de la cúpula; igualmente de manera central está el
único polideportivo del Corregimiento y en su entorno los habitantes que de
forma particular en su gran mayoría se identifican con su apellido Maigual.
Entre las versiones sobre la
particular característica de la población, cuentan sus pobladores que el
apellido Maigual se debe a dos familias que inicialmente se asentaron en
el territorio de corregimiento y que
llegaron provenientes del Municipio de Gualmatán (Departamento de Nariño,
Colombia).
Así mismo existen múltiples
historias que sus habitantes guardan con gran orgullo sobre el territorio de
tan fértiles tierras como aquella que según indican en un sector del
Corregimiento hubo una aparición de la virgen de las Lajas, de lo cual queda
como recuerdo el lugar llamado Piedra Pintada,
historia que en otra oportunidad merece más detalles al respecto.
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Casa en Gualmatán
Foto: Carlos Flórez
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Este territorio de tierras tan
fecundas motiva también al cultivo de flores y de plantas ornamentales; inicialmente
el corregimiento no exhibe tales actividades de flores en sus fachadas o que
puedan ser percibidas a primer golpe de vista como ocurría años atrás según
comentan sus habitantes, pero al
contacto con la población se comprueba que esta actividad no ha quedado en el
olvido sino que se sigue practicando al interior de muchos hogares y en ese
sentido si se llega a visitar este lugar, no olvide preguntar por uno de estos
lugares, tal vez encuentre una casa atendida por su propietario de apellido
Maigual quien le lleve al interior de su domicilio y encuentre que la casa está
llena de colores y formas hasta en sus paredes, con una gran variedad de especies de plantas, flores y
aromas; en algunas oportunidades también con artesanías o con información
relacionada con sus procesos de producción y organización de forma asociativa,
puesto que teniendo en cuenta que en el corregimiento la población no tiene
grandes extensiones de tierra, la comunidad ha logrado la producción de manera asociada,
de ahí que existan varias asociaciones con unos principios de solidaridad que
dan por resultado una comunidad con gran sentido de pertenencia y cuidado de su
entorno natural.
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